QANAT DE FUENTELAPEÑA
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El pasado día 1 de diciembre, mientras las máquinas de la empresa Hermanos Marcos Escudero, contratadas por la Diputación Provincial de Zamora, realizaban la excavación de una zanja para la conducción de agua potable en el casco urbano de Fuentelapeña, levantaron una pieza cuadrada de arenisca de unos 60 por 60 centímetros quedando al descubierto un profundo pozo de origen desconocido. La presencia del encargado de obras del Ayuntamiento, Roberto Sánchez Polo, impidió que se procediese al soterramiento de la boca, pues manifestó su voluntad de bajar al pozo con el fin de averiguar de qué se trataba.
El mismo día, y en compañía de otro vecino del pueblo, Félix Pinar, el encargado de obras descendió, mediante una escalera metálica al fondo del pozo provistos de linternas. Observaron algo que nunca habían visto. Se quedaron sorprendidos de que no fuese un pozo normal, que no se tratase de una bodega como las muchas que hay en el pueblo y que hubiese canales por los que discurría agua.. Su asombro y sus explicaciones llegaron pronto al Ayuntamiento y al Concejal César Polo quien se puso en contacto telefónico con uno de sus hermanos que es Historiador y Arqueólogo dándole la noticia y pidiéndole alguna explicación.
Juan Carlos Polo, el arqueólogo, manifestó que pudiera tratarse de una estructura de captación de aguas conocida como Qanat, pero que era necesaria una inspección visual para poder confirmarlo. Y el pasado día 14 de diciembre se desplazó hasta Fuentelapeña procediendo a la inspección del lugar en compañía de Roberto Sánchez Polo y provistos de iluminación artificial suficiente, equipo de grabación de vídeo y cámara de fotos, tomando datos de las estructuras encontradas en el subsuelo de Fuentelapeña. La observación hecha por el arqueólogo no dejó lugar a dudas, se trataba de un Qanat de origen musulmán muy bien conservado y ligado, muy posiblemente, al origen del poblado que después se llamaría Fuentelapeña ( "Fonte in illa Penna" en latín se traduce por "La Fuente en aquélla roca"). Su datación estaría situada en el siglo IX.
De esta inspección se dió, inmediatamente, cuenta al Ayuntamiento, pues el mismo día pudieron ver, la Alcaldesa y otros dos Concejales, el vídeo que habían grabado en el interior. La Alcaldesa encomendó al arqueólogo que redactase un escrito para comunicar a las autoridades competentes de la Junta de Castilla y León el hallazgo y su importancia.
Según ha podido saber este redactor, Juan Carlos Polo se encuentra elaborando una pequeña memoria del descubrimiento que pronto llegará a la Junta. Nos ha facilitado algunas fotografías del interior y un avance de su memoria en la que se puede leer:

"La estructura inspeccionada se corresponde con el prototipo de la red de captaciones subterráneas que utilizaron , reiteradamente, los musulmanes de la dinastía Omeya en España y que ellos denominaban Qanat ( Qanaiiat significa "arroyos" en árabe)o viajes de agua.
La estructura hallada en Fuentelapeña consta de tres galerías abovedadas excavadas en la arenisca natural del terreno, que convergen en el pozo madre, precisamente el que se abrió accidentalmente y por el que se accede al sistema. Estas galerías se encuentran a siete metros de profundidad y tienen 16 metros, 16 metros y 6 metros y medio de longitud respectivamente. La altura de la bóveda , partiendo del pozo madre con tres metros de altura, va disminuyendo paulatinamente hasta 1 metro y 30 centímetros en el lugar donde se encuentran los "manantiales" o captadores, cuya estructura es idéntica en todos los casos.
Tras converger en el pozo madre, las aguas discurren por otra galería con canal con una longitud explorable de 60 metros que se prolonga, sin que se haya podido acceder, por su estrechez, otros 50 metros. A lo largo de esta galería se encuentran tres pozos de excavación y mantenimiento, separados entre sí 13 metros, con altura variable y cubiertos por losas.
Los 20 últimos metros explorados de este canal principal cuentan con bóveda elaborada con paralelepípedos de areniscas talladas y grandes losas, lo que es indicio de que fueron excavados y cubiertos desde el exterior.
El conjunto se encuentra en buenas condiciones de conservación pero necesita una intervención para proporcionarle aireación, pues de lo contrario la humedad impregnará paulatinamente las areniscas que se descompondrán pudiendo causar el hundimiento de las bóvedas."
Escrito por Juan Carlos Polo Gómez 14/12/2006

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ORIGEN DEL QANAT

Algún día, no muy lejano, la termoluminiscencia, que es la técnica que permite la datación cronológica de ciertos restos arqueológicos, especialmente los cerámicos, nos dará la fecha exacta de la fabricación de las cañerías que permitían que el agua del Qanat llegase hasta la fuente que, hasta tiempos recientes, era conocida como el “Caño Viejo” de Fuentelapeña.
            Esta fuente dejó de existir cuando, en su base, se perforó, hacia 1.980, el pozo de sondeo que actualmente abastece de agua potable a toda la población. Los trabajos de canalización del agua del pozo hasta un nuevo depósito elevado dieron lugar, en el año 2.006, al hallazgo del Qanat y a la destrucción del conducto que llevaba el agua hasta la fuente, circunstancia por la que sabemos que esta cañería era cerámica, de unos diez centímetros de diámetro, brillante (bruñida o reluciente), y de un color uniforme, verde oscuro, en la superficie externa.
 Dos intentos realizados para la localización de los restos cerámicos han fracasado. El primero consistió en la búsqueda de los restos de la cañería que fue segmentada por las máquinas y arrojados a una escombrera. El segundo, en la realización una cata en el lugar indicado por los trabajadores de la obra que dan fe de haber tenido que desviar el agua del conducto hasta el sistema de alcantarillado público.
            Estas circunstancias nos obligan a reforzar nuestra hipótesis de que el Qanat fue obra de los dominadores árabe-bereberes que se establecieron, al sur del río Duero, durante el siglo IX, basándonos en su  propia tipología de Qanat, en la historiografía referida a la presencia musulmana, durante los siglos VIII, IX y X, en el área geográfica donde se encuentra Fuentelapeña y, por último, en la propia toponimia de esta localidad.

            De su tipología, que está suficientemente descrita por los autores de este trabajo, se infiere, por su correspondencia con el “modelo” o prototipo de Qanat que todos los estudiosos del tema aceptan y describen, que sus promotores no podían ser más que directores de obra y operarios muy experimentados en la construcción de estos sistemas de captación de aguas subálveas y, por lo tanto, miembros de las huestes árabe-bereberes llegadas a esas tierras hacia el año 712, sin que pueda negarse, ni afirmar, que la mano de obra, para la excavación de los pozos y galerías, correspondiese a muladíes (cristianos conversos al Islam) y mozárabes (cristianos que, mediante el pago de ciertos impuestos, podían permanecer en territorio dominado por los musulmanes).
            La simplicidad esquemática de la obra, su incomparable idoneidad de ubicación y su fructuoso resultado, alimentando una fuente pública en las afueras del pueblo, junto a la que sería la principal vía de comunicación y eje longitudinal del mismo, nos hace pensar que sus constructores eran expertos en la explotación sostenible de los recursos acuíferos y esta condición de expertos nos conduce, indefectiblemente, a los musulmanes de la dinastía omeya que la tienen, sobradamente, acreditada.
 De hecho, para los omeyas, el agua era la “bendición de Allah” y, en la morfología de sus ciudades y pueblos había fuentes públicas ( sabbala ), adosadas a los muros de las casas y decoradas con vistosos azulejos polícromos que proporcionaban agua a los viandantes, tanto para saciar la sed como para las abluciones religiosas. Las fuentes se localizaban cerca de la mezquita o de la madraza y en las puertas de acceso de los pueblos y ciudades, facilitando el uso de agua potable tanto a los viajeros que llegaban como a los agricultores, a los ganaderos y sus animales, que tenían servicio en los abrevaderos anexos a estas fuentes, cuanto a los habitantes que no disponían de pozo propio.

    

En cuanto a la aportación de la Historiografía, ésta nos hace saber que el río Duero constituyó la frontera entre los árabes y los cristianos desde la batalla de Guadalete (711), hasta la batalla de Calatañazor (1.002). Hemos de subrayar que Fuentelapeña se encuentra, en el espacio geográfico de la península, al sur del río Duero, a 43 km. de Zamora y a 23 km. de Toro, ciudades, ambas, que se asientan en la margen norte de dicho río, de lo que se deduce que el término de Fuentelapeña fue parte de los territorios árabes desde el año 712 ( según los cronistas musulmanes Ibn Al-Akir y Al-Nuwairi, en la campaña 712-714, Muza conquistó un lugar denominado “la roca de Pelayo” que los historiadores identifican con el cerro de Santa Catalina, donde se asentaba la primitiva ciudad de Gijón),  hasta fecha próxima a 1.116 en la que Doña Urraca la donó, junto a las nueve villas de Valdeguareña, a la Orden de San Juan de Jerusalén.
            Es necesario tener presente que, hasta el año 747, con Alfonso I de Asturias, no llegaron las tropas cristianas hasta Zamora, reconstruyendo esta ciudad, pero sin que pudiesen pasar el río Duero. Diversas crónicas dicen que Alfonso II ganó a los árabe-bereberes en dos batallas en la zona del Duero y que Alkamah cercó Zamora en el 810 siendo Alfonso II el defensor. De nuevo Zamora fue atacada, en el 876, por el príncipe Al-Mundhir. Alfonso III dominó la ofensiva llegando hasta Zamora y procediendo a su fortificación en el año 893. La respuesta de los árabe-bereberes llegó inmediatamente, pues el mismo Al-Mundhir sitió la ciudad. Alfonso III enfrentó sus huestes a los sitiadores en la famosa batalla de la Polvoraria, junto al Órbigo, no lejos de Zamora, adelantando la frontera cristiana hasta el Duero y repoblando Toro hacia el 910. Tras varios episodios de avance y retroceso de las huestes cristianas, en el 979 Almanzor  reconquistó Zamora para las tropas árabes y hasta la derrota de sus huestes en la Batalla de Calatañazor, en julio del año 1.002, no puede afirmarse que el sur del río Duero pasase a ser dominio cristiano.
            Estos concisos datos cronológicos, y otros muchos que no debemos reproducir, por redundantes, nos hacen tomar conciencia de que las tierras en las que se asienta Fuentelapeña, como comunidad agrícola y ganadera, y su Qanat, se encontraban en territorio de dominio árabe durante los siglos VIII, IX y X. En realidad parece que, al norte del Río Duero, se estableció una tierra de nadie, que sirvió de escenario para los ataques y contraataques cristianos y musulmanes, y donde se aplicaría, posiblemente, la política de tierra quemada,( téngase presente la polémica sobre el desierto del Duero, auspiciada por Sánchez Albornoz refiriéndose a estos siglos), pero poco se sabe, por las crónicas, de lo que ocurría  en las tierras situadas al sur más próximo del mismo río. Podemos deducir, y esperamos que futuros estudios nos den la razón, que en las tierras al sur del Duero, alejados de los frentes de batalla, se instalaron y crearon poblados, más o menos estables, parte de la soldadesca árabe-bereber que hubieron de retroceder tras las primeras derrotas sufridas al norte del río Duero. Sin enemigos a la vista, bien pudieron dedicarse a la agricultura y a la ganadería, fundando núcleos de población  donde no había otros anteriores e importando la técnica de los Qanats para dar a esos poblados el servicio de agua y la morfología de aquéllos que habían dejado tan lejos.
    

La toponimia de Fuentelapeña también aporta información con respecto a sus orígenes, pues el primer documento histórico en el que aparece el nombre  no es sino La carta de Privilegio de la Reina Doña Urraca cediendo a la Orden de San Juan de Jerusalén las nueve villas de Valdeguareña, fechado en 1.116. El original no ha sido localizado, pero conocemos, al menos, dos copias. La primera de ellas, recogida por Gómez de la Torre ( ver Cap. VI “Corografía de la Provincia de Toro”), recoge la cita que alude a este municipio como “fonte de illa penna”, mientras que la segunda, recogida por José M. de Vicente, ( ver Cap. V “La Bóveda de Toro, memorias y documentos”) se refiere a él como “ fonte de illa Paenna”.
Sin entrar a valorar las diferencias en la grafía, nos quedaremos con lo que ambas nos dicen en latín y no es otra cosa que, cuando pudieron pasar el río Duero, los reconquistadores cristianos se encontraron con un núcleo de población sin nombre alguno, pero con una buena fuente que nacía, como por milagro, en una gran piedra y se refirieron a él como “fonte de illa penna”, que no tiene otra traducción que la Fuente de aquélla peña. La fuente dio el nombre al pueblo y pasó a ser conocida como el “Caño Viejo” hasta su desaparición poco antes de 1.980. El descubrimiento del Qanat nos ha permitido saber cómo se alimentaba ese “Caño Viejo” que siempre tenía agua. Esperemos que el hallazgo de la cerámica de su cañería y la termolumuniscencia, nos confirmen estos extremos y nos den la fecha exacta de la construcción de esta pequeña maravilla.

Fdo: Juan Carlos Polo

Arqueólogo de Fuentelapeña

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FOTOS.

Roberto Sánchez Polo, el Encargado de obras del Ayuntamiento de Fuentelapeña, y un de los empleados de la Empresa "Hermanos Marcos Escudero" en el interior del pozo principal del Qanat.

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NOTAS DE PRENSA
El martes día 28 de Agosto de 2007, el periódico de ámbito provincial, La Opinión de Zamora se hizo eco de la siguiente noticia:
Investigadores valencianos incluyen el qanat en un estudio nacional sobre galerías drenantes
Los expertos, que están haciendo pruebas para conocer si la construcción subterránea es de origen árabe, van a realizar un informe para Medio Ambiente
Miguel Antequera Fernández y Roberto Escriva miden una de las galerías
 
CELEDONIO PÉREZ Dos profesores de la Universidad de Valencia han visitado el qanat de Fuentelapeña para incluirlo dentro de un estudio nacional sobre galerías drenantes de España. Los investigadores Miguel Antequera Fernández y Roberto Escriva Almiñana estuvieron la semana pasada en la localidad de la Guareña, acompañados del arqueólogo de la localidad, Juan Carlos Polo, para inspeccionar la excavación descubierta en diciembre del año pasado.
Con dicho informe los investigadores pertenecientes al grupo Estepa (Estudio del Territorio y Patrimonio), que lleva trabajando desde 1997, pretenden poner al descubierto como se han organizado las sociedades en torno a las canalizaciones de agua que, desde el neolítico, han servido para asentar población. En el estudio, dirigido por el decano de la Universidad de Valencia, Jorge Hermosilla Pla, se incluyen construcciones de distintas épocas y de varias comunidades autónomas. Ya fueron publicadas unas primeras conclusiones en 2006 y ahora se esperan completar con nuevos análisis de galerías drenantes, algunas de la época romana.
«La datación del qanat -asegura Miguel Antequera Fernández- es muy difícil de hacer. Decir que es de origen árabe, del siglo IX o X, es un poco aventurado. Puede serlo o no. Vamos a hacer un estudio y para eso hemos recogido restos de cerámica. Eso nos va a dar pistar para conocer el origen de la construcción».
En la publicación, que será editada por el Ministerio de Medio Ambiente, previsiblemente en marzo de 2007, se van a incluir complejos de captación de agua de Castilla y León, Cataluña, Levante, Andalucía y otros puntos del país. Estas construcciones sirven (algunas todavía están en uso) para abastecer agua a poblaciones y también, en algunos casos, para captarla de manantiales o de lluvia.
Antequera Fernández advierte que construcciones como el qanat de Fuentelapeña deben conservarse. «Es muy importante evitar su deterioro, es preciso sanearlas y, si es posible, ponerlas en valor. En el caso de Fuentelapeña sería conveniente limpiar la entrada y, si fuera posible, airear las galerías. Todo lo demás debería quedarse como está. A nivel científico es muy interesante porque se observa, de manera clara, como se captaba el agua, una manera todavía válida para aprovechar un recurso cada vez más escaso».

Una construcción de gran singularidad, con algunas incógnitas
El qanat de Fuentelapeña tiene una gran singularidad. A través de un conjunto de galarías recogía agua, que después era conducida hacia un punto concreto. El sistema de qanat se empezó a utilizar en el siglo X antes de Cristo, probablemente en la antigua Persia. La nueva tecnología se expandió muy rápidamente. Las galerías persas llevaban a 30 o 40 kilómetros el agua subterránea, hundiéndose a veces más de cien metros, pero guardando siempre la pendiente necesaria para que la corriente fluyera por su propio peso. Cada canal estaba jalonado con pozos verticales (que también existen en el qanat de Fuentelapeña) cada 10 metros. Estos servían como sistema de aireación y también como apoyo en la construcción. Con el auge de la Ruta de la Seda, el sistema de qanat se extendió por el Turquestán Oriental, llegando finalmente a China. Bajo el Imperio romano se ejecutaron muchos proyectos de este tipo en Egipto y Siria. La expansión de la civilización musulmana llevó estas construcciones a Sicilia y Andalucía, de dónde pasó a América, tras la colonización. Todavía hoy en algunas zonas se utiliza como un importante método de irrigación, sobre todo en Irán, donde hay más de 20.000 activos. El mayor y más antiguo sirve agua a la ciudad de Gonabad, con más de 40.000 habitantes.
«Es muy bonito», apunta Miguel Antequera, refiriéndose al qanat de Fuentelapeña. «Se extiende por unos 125 metros de galarías labradas en piedra arenisca, hay muchas bifurcaciones, con cinco registros. La zona más alta tiene unos cuatro metros y la más estrecha menos de un metro...». Hay, además una zona con una bóveda triangular. Lo que más ha llamado la atención a los investigadores valencianos es «una especie de barreno hecho de forma horizontal, se supone que para captar agua».
En Castilla y León, apenas se conservan sistemas antiguos de captación de agua. De ahí la importancia de la construcción del municipio de la Guareña. «Es uno de los sistemas de galerías drenantes mejor conservados», apunta Miguel Antequera, quien pide «que se valore la importancia del qanat de Fuentelapeña».

 
El domingo, día 17 de Diciembre de 2006, en el periódico de ámbito provincial, La opinión de Zamora, Celedonio Pérez en su nombre, después de conocer la noticia mostró interés y publicó, incluyendo fotografías, en portada y a doble página, el artículo que más abajo reproducimos para dejar constancia.
 
LA GUAREÑA (Salen a la luz restos de un importante yacimiento arqueológico en Fuentelapeña)
Hallado un qanat árabe del siglo IX
La estructura subterránea de más de cien metros, excavada en piedra arenisca, ha sido descubierta por los trabajadores que construían una zanja para la conducción de agua potable

CELEDONIO PÉREZ

Roberto Sánchez Polo mide el ancho de una de las galerías descubiertas en Fuentelapeña.




Hallado un qanat árabe del siglo IX
Viaje a las epidermis de la tierra. Comarcas
Fuentelapeña.- El importante hallazgo arqueológico afloró por casualidad, como casi siempre ocurre. Un trabajador observó algo raro en la zanja que estaba excavando una máquina para mejorar la canalización de agua potable. Un hueco. Miró y allí aparecía la boca de un pozo. Fue el principio, la voz de alarma. Las obras se paralizaron, el hecho fue comunicado a la alcaldesa, Angela Escribano. Después, llegó el aviso al arqueólogo, natural de la localidad, Juan Carlos Polo, quien el pasado miércoles se trasladó desde Valencia, su residencia habitual e inspeccionó lo que ya un vecino de la localidad se había atrevido a comprobar "in situ". Aquel agujero raro descubierto en pleno casco urbano de Fuentelapeña es un qanat árabe, una construcción subterránea del siglo IX que, según se ha podido comprobar, tiene más de cien metros, de los que han sido visitados al menos cincuenta.
La importancia del hallazgo estriba en que es la primera canalización de aguas subterráneas construida por los árabes que se conoce en la provincia de Zamora. Excavada en piedra arenisca del terciario se conserva en muy buen estado -de hecho Juan Carlos Polo y otro vecino de la localidad de la Guareña, recorrieron sin problemas parte de la misma- y se supone que reconducía las aguas subterráneas hacia una fuente, la conocida como fuente la peña, que dio origen al pueblo y al nombre del mismo.
Juan Carlos Polo pudo comprobar que la obra, de origen musulmán, sigue cumpliendo la función para la que fue proyectada y recoge el agua, aunque ya no hacia una fuente porque en una fecha indeterminada fue desviada hacia otro lugar. Las galerías, aunque con mucha humedad, son visitables. En algunos tramos tienen tres metros de altura y una anchura de más de un metro. Polo advierte que «no es conveniente pisar por las galerías porque presentan mucha humedad y podían resultar dañadas». Por eso, recomienda que se realicen algunos trabajos para airear el recinto. Así se lo expone a la propia Junta de Castilla y León en el informe que está redactando y que remitirá al Gobierno regional en los próximos días. También va a incluir en el mismo un vídeo que grabó durante la inspección de las galerías. «Utilizamos antorchas especiales y la luz es bastante buena, se observa muy bien toda la estructura del qanat, de una gran magnitud, que seguramente en origen tenía unas dimensiones muy grandes».
El qanat se empezó a utilizar hacia el siglo X antes de Cristo, probablemente en la antigua Persia, aunque hay estudiosos que sitúan sus primeras manifestaciones en la península de Omán o en el noroeste de la meseta de Irán. En todo caso fueron los persas, cuya economía estaba ligada al uso y control del agua, quienes expandieron la nueva tecnología junto con sus conquistas desde los oasis de Egipto hasta Bactriana. Las galerías persas llevaban a 30 a 40 kilómetros el agua subterránea, hundiéndose a veces más de cien metros bajo tierra, pero guardando siempre la pendiente necesaria para que la corriente fluyera por su propio peso. Cada canal estaba jalonado con pozos verticales (también existen en el qanat hallado en Fuentelapeña) cada 10 metros. Estos servían como sistema de aireación y también como apoyo en la construcción.
Con el auge de la Ruta de la Seda el qanat se extendió por el Turquestán Oriental, llegando finalmente a China. Bajo el imperio romano se ejecutaron proyectos de este tipo en Egipto y Siria. Han sido hallados restos también en Lyon y Luxemburgo. La expansión de la civilización musulmana llevó este tipo de construcciones a Sicilia y Andalucía, de donde pasó a América, tras la colonización.
Todavía hoy en algunas zonas se utiliza como un importante método de irrigación, sobre todo en Irán, donde hay más de 20.000 activos. El mayor y más antiguo sirve agua a la ciudad de Gonabad, con más de 40.000 habitantes.
La construcción de un qanat exige un técnica depurada. Se suele construir, en primer lugar, un pozo principal sobre un terreno situado en alto, hasta captar un acuífero o un corriente de agua. Se excava a continuación un túnel horizontal hasta una fuente, con una ligera caída para que el líquido descienda por su propio peso. Hay que excavar también pozos secundarios cada menos de quince metros, que tienen el objetivo de airear el interior de las galerías y sirven también como vías de acceso para los trabajadores y como lugar por donde extraer la tierra o la roca. El agua conducida por un qanat desemboca habitualmente en forma de cascada entre rocas y se embalsa por medio de pequeñas presas. Este tipo de construcciones son útiles para transportar el agua a largas distancias, ya que apenas se produce evaporación. Las galerías más profundos se utilizaban para distancias más cortas. Pero todas tienen como gran objetivo aprovechar el agua subterránea de las zonas más altas para regar el llano colindante.

Un núcleo de población de gran envergadura levantado en torno a una fuente
El descubrimiento de restos musulmanes en Fuentelapeña confirma que este núcleo de población existe, al menos desde el siglo IX. La construcción de qanats en la época de la dominación árabe en España (sobre todo en el periodo Omeya) se acometía para servir a asentamientos de población importantes, porque las obras de excavación son de una gran dificultad. Se supone que en otras poblaciones de la Guareña también puede haber galerías similares utilizadas con el mismo fin: para recoger las aguas subterráneas hacia una fuente o para reconducirlas con el fin de ser utilizadas para riego.
La comarca de la Guareña fue una zona muy poblada desde la prehistoria. De hecho, en Fuentelapeña fue descubierto hace más de quince años un yacimiento paloelítico, del que ya se han catalogado más de 5.000 piezas líticas, la mayoría bifaces. Tambien en Fuentespreadas hay localizado un importante asentamiento romano, donde apareció un ajuar que fue trasladado al Museo Nacional de Arqueológica y que desde hace años viene siendo reivindicado por los vecinos.

A continuación insertamos las fotos que aparecieron como portada en color y en Comarcas, a doble página en el periódico provincial La Opinión de Zamora

El día 14 de Diciembre de 2006,Juan Carlos Polo y Roberto Sánchez Polo hicieron la primera incursión al Qanat provistos de cámara de Fotos y cámara de Video con el fin de documentar gráficamente y probar la realidad del Qanat.

Debajo figuran enlaces al vídeo (está dividido en 11 partes para manejarlo mejor), realizado sin montaje ni alteración alguna, al final aparece un enlace a "Video entero" esde donde si disponéis de una conexión de banda ancha podréis bajaros todo el video al completo. Tened un poco de paciencia dependiendo de vuestro equipo y conexión para poderlo ver.También podéis guardarlos haciendo click con el botón derecho del ratón y de las opciones del menú seleccionar "guardar destino como..."

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VIDEOS.
Vídeo 1 Entrada desde el Pozo Madre y vistas del Acuífero A
Vídeo 2 Vistas de la Galería del Acuífero A
Vídeo 3 Transición del Acuífero A al Acuífero B
Vídeo 4 Galería y Acuífero B
Vídeo 5 Galería y Acuífero C
Vídeo 6 Del Acuífero B al C y al Pozo Madre
Vídeo 7 Conduccción principal del Qanat
Vídeo 8 Conduccción principal del Qanat
Vídeo 9 Conduccción principal del Qanat
Vídeo 10 Conduccción principal del Qanat
Vídeo 11 Roberto en el Acuífero A y Juan Carlos en el Pozo Madre
Vídeo entero
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ESQUEMA.
A continuación vemos un esquema hecho por Juan Carlos Polo de los diversos elementos de los que se compone el recién descubierto Qanat de Fuentelapeña
Si quieres bajarte la foto del esquema en un tamaño que se pueda imprimir o ver con calidad muy buena...pica aquí y lo verás en un tamaño superior después haciendo click con el botón derecho podrás elegir la opción de guardar en tu ordenador para posteriormente manipular, ver o imprimir a buena calidad..
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NOTICIAS DE TELEVISIÓN.

El martes día 19 de Diciembre de 2006 un equipo de Televisión Territorial, dependiente de TV1 se personó en Fuentelapeña con la intención de cubrir la noticia dentro del ámbito regional y emitirlo por la TV Internacional.

Fué Roberto Sánchez Polo, quien se encargó de enseñar el descubrimiento al mundo a través de las lentes de Televisión Española, que en un reducido reportaje mostró a todos los ojos lo que el descubrimiento subterráneo mostraba.

Para que el evento no quede en olvido, más bien lo contrario, lo que en la Televisión Internacional se pudo ver y oír lo podemos reproducir picando en el siguiente enlace.

VIDEO DE TV REGIONAL E INTERNACIONAL.
 

A continuación, os dejamos un enlace para que podáis ver el trabajo que algunos estudiosos del tema han desarrollado, incluyendo en sus libros materia relacionada con el Qanat encontrado en Fuentelapeña.

Para acceder a esta información, picad AQUÍ, y que lo disfrutéis!.